Mondim de Basto
Mondim de Basto es una bella localidad del norte de Portugal, sede del municipio, situada en la frontera entre Minho y Trás-os-Montes, en la orilla izquierda del río Tâmega, en la ladera del verde Monte Farinha, coronado por el bello Santuario de Senhora da Graça.
Todo el municipio de Mondim de Basto está situado en una zona de gran belleza natural, entre colinas y paisajes idílicos que parecen perdidos en el tiempo, como el Parque Natural de Alvão.
Los orígenes de Mondim de Basto son muy antiguos, y se sabe que aquí vivieron civilizaciones castreñas (en el Monte Farinha hay vestigios de tres Castros diferentes), siendo conquistado en el siglo II a.C. por los romanos, y no hay certeza de ocupación por otros pueblos.
A lo largo de los siglos, Mondim de Basto ha mantenido el carácter rural y agrícola que aún la caracteriza, con monumentos como la Iglesia Matriz románica, que ha sufrido algunas modificaciones a lo largo de los siglos, o las capillas del Senhor, Nossa Senhora da Piedade, Senhora da Ponte y S. Sebastião, así como varias «alminhas» diseminadas por la región, que demuestran el ancestral fervor religioso de estas tierras. También destaca el medieval Ponte de Vilar de Viando, probablemente reconstruido a partir de otro puente romano.
En toda la región hay varias casas solariegas, casas señoriales y pequeños palacios, que atestiguan la importancia económica de la zona, debido a los suelos fértiles, como la Casa do Eirô, del siglo XVIII o el Solar dos Azevedos del siglo VII.
Lugar de tradición, en Mondim de Basto hay dos centros de artesanía, cuyos principales productos son el tejido de lino, las alfombras y mantas, la tonelería y la cestería.
La gran riqueza del municipio de Mondim de Basto reside en la enorme diversidad de atractivos que ofrece. Entre ellos, Nossa Senhora da Graça, con todo su valor y encanto, y el Parque Natural de Alvão, donde destacan las espectaculares Fisgas de Ermelo, son dignos representantes de nuestro patrimonio cultural, histórico y medioambiental.
En este viaje por las tierras de Mondim de Basto hay más motivos atractivos:
Ríos de ensueño, paisajes impresionantes, arroyos de agua cristalina, cascadas y riachuelos, rincones escondidos, agua, mucha agua y un bosque interminable. La naturaleza en todo su esplendor Iglesias y ermitas románicas, imponentes casas solariegas, escudos de armas, viejas calles, caminos y senderos, puentes y calzadas medievales, castros y menhires, relojes de sol, picota y cruces, en un absorbente paseo por la historia y la tradición.
Las sorpresas no acaban aquí:
Pueblos perdidos en el horizonte, casas y balcones de Trás-os-Montes, sardos y claveles colgados de las ventanas, montañas tocando el cielo, viñas colgantes, cestos y escaleras de vendimia, bodegas y molinos, chirriantes carretas de bueyes, maizales, eras y hórreos, defoliaciones, molinos de agua, ganado de raza maronesa, rebaños y pastores, lavaderos, fuentes, telares de lino, gente trabajadora, mucha gente, ¡la ruralidad como valor primordial!
Senderismo, deportes extremos, paseos, caza, pesca, picnics en la montaña o junto al río, jardines y parques, terrazas, aire puro, ¡el placer de vivir!
Fiestas y romerías, procesiones, carrozas, alfombras de flores en la Solemnidad del Cuerpo de Dios, colchas de damasco en las ventanas, Vía Crucis en directo el Viernes Santo, noche de peregrinos en Santiago, Feria de la Tierra en agosto, chuletón de la Maronesa a la parrilla, cabrito asado en horno de leña, jamón y pan de maíz, vino en la malga, cavacas, rosquilhos, pão-de-ló y bolo da Teixeira, miel de brezo de nuestros montes, cantigas ao desafio, ranchos y tocatas, guitarras y serenatas a la luz de la luna, bailes y noches de verano, ¡porque la tradición sigue siendo lo que era!